lunes, 20 de septiembre de 2010

Redes sociales y seguridad

@alguien: "Qué lata, tengo que hacer la estrategia pal lanzamiento de la nueva línea de ropa, sale el lunes, o sea no me queda nada. Fail". Es un twitteo imaginario, pero revela el mal uso que se puede hacer de las redes sociales. Sitios como Facebook, TwitterFlickr, Linkedin, entre otras, llegaron para quedarse, al punto que hoy cientos de miles de chilenos usan estos sitios para opinar, contarse historias, expresar sus ideas, conocerse y, sin saberlo, se exponen ellos y a otros.Para quienes buscamos mejorar la seguridad en las empresas e instituciones -a nivel técnico y organizacional-, las redes sociales son un desafío mayor. Sus seguidores se cuentan por cientos de millones en el mundo y se ha demostrado en varias ocasiones lo inseguras que son.En Chile, el caso toma especial relevancia. Según la consultora ComScore, éste es el país de mayor uso de las redes sociales de América Latina, conclusión a la que llega luego de examinar el tráfico de 15 mil chilenos. El informe señala que el 91% de los usuarios de Internet en Chile se conecta a sitios como Facebook o Twitter. Es comprensible que las empresas y otras organizaciones quieran acercarse a sus públicos objetivos a través de estas redes. El punto es que, en caso de hacerlo, se preocupe y ocupe en reducir al máximo el riesgo.En general, las redes sociales no hacen grandes esfuerzos por proteger la información, pues su negocio está justamente en vender espacios publicitarios, estudios de comportamiento y consumo y otros insumos similares. Así, se da la paradoja que a mayor seguridad, menor volumen de visitas y menos suscriptores y, al revés, a mayor facilidad para inscribirse, menor seguridad en los contenidos y en el cuidado de los datos.El problema es que es muy común que en estos espacios se confunda lo personal con lo laborar, publicando muchas veces información de carácter confidencial de la persona o de la empresa donde el usuario trabaja. La información que se publica puede ser considerada irrelevante para algunos, pero muy valiosa para otros, como por ejemplo el twitteo, aparentemente inofensivo, de un product manager que releva información de la estrategia comercial de su compañía.Lo recomendable para minimizar el riesgo es primero educar y luego acotar el uso de la red social cuando se trata de la empresa o la organización en las que se desempeñan.Educar es enseñar a los usuarios a que eviten acciones inseguras que los convierten en potenciales blancos de ataque. Dos ejemplos clásicos son usar la misma clave para todo (sitios sociales, banco o intranet) o hacer click en cuanto banner o juego encuentren disponible. También debe insistirse en no usar información corporativa en las cuentas privadas de los usuarios de las redes sociales, por mínima o inútil que parezca. Piense, ¿qué pasaría con la imagen, credibilidad y confianza de una empresa si se hace un uso malintencionado de su Facebook o Twitter institucional? ¿Qué pensarían sus clientes si su Facebook institucional es "hackeado" dando por ejemplo información falsa de promociones o productos? Estas redes dejaron hace rato de ser un 'chiche' tecnológico. Son algo serio, que ofrece una muy buena oportunidad de negocio y, por supuesto, de sociabilidad, pero hay que aprovecharlas teniendo los cuidados necesarios.Dicho lo anterior, bienvenido al gran foro mundial que ofrecen las redes sociales… ¡pero con precaución!


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